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"Trabajar la conciencia corporal me parece una manera buenisima para abordar el desarollo de la tecnica vocal.
Personalmente me he dado cuenta que a la hora de cantar en un escenario me acuerdo de los espacios y las sensaciones que se exploran durante el taller y durante la interpretación, para obtener un determinado color, vueves alli con la mente.
También me parece muy útil porque se trabaja la presencia escénica (igual los actores la tienen mas controlada).
Cantar no es solo una cuestión de técnica vocal y entonación, sino tiene mucho que ver con la actitúd, la presencia y las emociones.
Moviendo el cuerpo y explorando los sonidos uno tambien se da cuenda de cuantos bloqueos tiene en la vida diaria con respecto a la respiración y la postura; tomar consciencia de esto ayuda muchísimo a entender como usar la voz y también a soltarse en general.
Y los momentos de improvisación me parecen buenísimos porque alli hay mucha concentración, puras dinamicas de comunicación y intercambio de energías, todos elementos que son muy importantes en la música y en la vida, y que a veces se trascuran por necesidades de afirmación del ego.
Total, es un buen taller. Creo que le vendría útil también a gente que simplemente tiene miedo de hablar en publico (como muchos cientificos)."

Marta Mattotti



"Me ha gustado muchísimo el ejercicio en que colocábamos la voz en varias partes del cuerpo - por primera vez me gustó el sonido de la voz de la garganta, ja! También la del pecho - y los momentos de juego entre barriga-garganta, pecho-garganta, cabeza etc. No conocía el placer de cantar con la garganta tan activa - no se si me explico bien... Siempre encontraba este sonido como
sucio, cerrado, un poco doloroso y nada natural! Me sorprendió la facilidad de utilizarlo. Es, podría incluso decir, agradable!
Cada vez me dan más placer los tonos altos. Me buscan, podría decir. Me llevan lejos. Me gusta el contacto cuerpo-suelo. Intentaba buscar los momentos en los que mi cuerpo ocupara la mayor superficie posible, hacerlo mas plano, estirarlo como si fuera de goma, en todas las direcciones.
Mis branquias (asi se llaman los órganos que utilizan peces para respirar, ¿verdad?) se abren cada vez más - es algo que no controlo, que no intento controlar. ¿Te acuerdas de una de las primeras sensaciones que descubrí contigo? Pues este proceso sigue. Curiosamente se activa a traves de los movimientos - cuando andábamos en grupo, en célula, siguiéndote, cuando girábamos, incluso las notaba como creciendo, alargándose, como si tuviera dos capas que crecen detrás de cada oreja. Casi oigo sus movimientos...
Temperaturas, varias. Temperaturas del aire, de otros cuerpos, temperaturas que cambian segun la distancia entre mi cuerpo y otros cuerpos y objetos.
¿Por qué a veces oigo el reloj en la sala y a veces desaparece?"

Joana Pierzynska